domingo, 30 de diciembre de 2007

ROMANCE OSCURO DEL CAMINANTE

Llanura, sólo llanura,

desierto, sólo desierto.

Camino de polvo y polvo,

y arena…y arena ardiendo.


-Dejadme llegar al menos

al horizonte despierto,

en los pies se me amontona

en las pupilas lo tengo.

¡Saliva y agua!, ...camino.

¡Saliva y agua!, desierto.

Calor y viento en la frente,

garganta con un aliento.

- ¡Dejadme llegar al menos

al horizonte despierto!

Horizonte de la noche

que apague este sufrimiento.

- Sigue la senda de bronce

bruñido, pálido y seco.

¿Por qué quedar en silencio

oscuro de cementerio

si la distancia me aguarda

con sonrisa de lo incierto?

¡Dejadme, sólo dejadme!

¡Azul y verde he de verlo!

cascadas de manantiales,

retamal, pino y romero.

pechos blancos de mujeres

bañaditos en espliego…

¡Consentidme que me guíe

por la luz de mi lucero!!

…Pero que oscura es la noche

sin lunar del firmamento,

qué triste la madrugada

del que camina sin verlo.

¡ cómo grazna el pajarillo

con sollozo de un arpegio!

- ¿No lo oyes…?

Todo está negro, muy negro.


Enrique Adrados Maestre. Madrid, 21 de octubre de 2004

1 comentario:

Roberto Malasquez dijo...

..extraordinario poema,los que caminamos por desiertos ,como los que hay en las costas ,y playas del peru..sabemos .me gusto mucho este gran poema..tantas veces con luna bella o sin ella he caminado....me gusto esta frace la distancia me aguarda con sonrisa de lo incierto.